¿Por qué es relevante este enfoque para enseñar sobre el cambio climático?
El cambio climático es un tema amplio y complejo que abarca aspectos científicos, éticos y sociales. El aprendizaje basado en la indagación permite abordar esta complejidad de manera progresiva. Esta metodología, promovida en los recursos pedagógicos de la OCE, ayuda a los alumnos desarrollar habilidades esenciales para enfrentar los desafíos climáticos del futuro.
- Comprender la producción de conocimientos científicos: El aprendizaje basado en la indagación ayuda a los alumnos a entender mejor cómo se generan los conocimientos científicos, al reflejar el proceso por el cual avanza la ciencia. En la investigación, el conocimiento se produce mediante la observación, la experimentación, la modelización y el análisis de datos. En el aula, este enfoque permite que los alumnos comprendan que los consensos científicos, como los relacionados con el cambio climático, no son opiniones inmutables, sino el resultado de un trabajo colaborativo en el que las hipótesis se prueban, verifican, cuestionan y comparten en la comunidad científica.
- Aprovechar el funcionamiento biológico del cerebro para aprender: Desde temprana edad, los niños exploran su entorno y utilizan todos sus sentidos. Las ciencias cognitivas indican que el cerebro humano opera de forma bayesiana, es decir, genera modelos internos a partir de la percepción sensorial y formula hipótesis sobre las entradas futuras. Luego, el cerebro compara estas hipótesis con las percepciones del mundo exterior y ajusta el modelo si encuentra discrepancias. En este sentido, se observan muchas similitudes con el esquema del aprendizaje basado en la indagación descrito anteriormente. Implementarlo en el aula permite aprovechar una capacidad cerebral natural: el aprendizaje resultante es una evolución de los modelos mentales.
- Desarrollar el pensamiento crítico: El aprendizaje basado en la indagación fomenta el pensamiento crítico en los alumnos, permitiéndoles seleccionar información fundamentada en pruebas sólidas y distinguir entre el conocimiento científico y las opiniones. Se les anima a analizar los datos que recopilan, discutirlos con sus compañeros y formular conclusiones. Este enfoque colectivo y deductivo les permite identificar por sí mismos los vínculos entre sus resultados experimentales y los fenómenos reales y medibles. Esto es esencial cuando se abordan temas como el cambio climático, donde los alumnos pueden encontrarse con información variada y, a veces, contradictoria.
- Fomentar comportamientos proambientales: La desconexión con la naturaleza puede ser una de las causas de las crisis ecológicas actuales. Por ejemplo, ¿cómo adoptar comportamientos respetuosos con la biodiversidad si rara vez se tiene contacto con ella? La investigación muestra fuertes vínculos entre estos comportamientos virtuosos, la educación científica y la conexión con la naturaleza. Para sensibilizar a los alumnos sobre los problemas ambientales (manteniendo un enfoque optimista), existen dos palancas poderosas: la cantidad de actividades científicas en las que participan y su exposición a la enseñanza basada en la indagación.
- Fomentar el aprendizaje activo y la motivación: Una de las fortalezas del aprendizaje basado en la indagación es que convierte a los alumnos en protagonistas de su propio aprendizaje. En lugar de recibir información de manera pasiva, se les anima a hacer preguntas, formular hipótesis y realizar experimentos que ellos mismos diseñan. Este enfoque activo despierta su curiosidad y les da un papel central en el descubrimiento de los conceptos y en la producción de conocimiento. Al explorar fenómenos concretos como el cambio climático a través de experiencias directas, los alumnos se sienten más motivados y comprometidos, ya que ven directamente el resultado de sus investigaciones. Esta implicación personal no solo favorece una mejor comprensión de temas complejos, sino también el desarrollo de la autonomía, una habilidad clave para resolver problemas por sí mismos.
- Desarrollar habilidades esenciales para la vida: Además de comprender conceptos científicos, el aprendizaje basado en la indagación alienta a los alumnos a desarrollar habilidades transversales como la gestión del tiempo, la colaboración o la comunicación. Aprenden a trabajar en equipo, a compartir y defender sus ideas, mientras profundizan su comprensión de los fenómenos climáticos. Los alumnos viven en un mundo cambiante y aunque captar este fenómeno global y multiescalar puede ser difícil, la investigación muestra que las acciones más eficaces en este ámbito son aquellas tangibles y locales. Así, responder a una problemática cercana a la escuela, o buscar respuestas a través de un enfoque concreto de indagación, puede ser un poderoso motor educativo. Esto les permite comprender y proyectarse en un mundo con un clima cambiante, al que es necesario adaptarse.